Pieza
San Cristóbal
Rodríguez Juárez, Nicolás (1667-1734)
1722



San Cristóbal
INAH-Mediateca/Enrique Garza
Cuenta la leyenda que un hombre llamado Réprobo, de enorme estatura deseaba servir a la persona más poderosa del mundo. Su primer amo fue un rey que, a pesar de su poder, le temía a Satanás. Su segundo amo fue el demonio mismo, pero renunció a él cuando lo vio temblar ante una cruz. Finalmente se dedicó a ayudar a las personas a cruzar un río hasta que cierto día, se le presentó un niño, que le pidió lo trasladara a la otra orilla. Así lo hizo y conforme avanzaba por las aguas, el peso del infante iba en aumento, a tal grado que el hombre confesó que creía haber cargado al mundo entero. El pequeño le reveló que llevaba a Dios, creador del mundo. Como prueba de ello el Niño le dijo que plantara su bordón para que al día siguiente floreciera una palmera con frutos. Al cumplirse la profecía el gigante cambió su nombre por el de Cristóbal, que significa “el que porta a Cristo”, por lo que se convirtió en el patrono de los viajeros.

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